Convertida en un ídolo de la política, el marketing y la poética, la participación se ha convertido en un sinónimo de cultura. Repensar el significado de ambas (las culturas de la participación y la cultura como actuación participativa) equivale a desfibrilar la democracia en un momento en que su aplicación frustrada tiene como único objetivo desmovilizar los instintos políticos que habían permitido su instauración. Una colectividad que reivindica su «devenir público» como una ficción poética no aceptará «salir del escenario», ni siquiera en nombre del nuevo autoritarismo inmunológico y de todas las taumaturgias espectaculares destinadas a eliminar las dramaturgias éticas, sociales, políticas y poéticas que configuran el espacio común. Este libro trata de esas taumaturgias y dramaturgias: el arte como antídoto de la Cultura; el teatro como fabricación clandestina de la verdad, en el sótano del espectáculo total; el espectador como el nuevo Hamlet.

Libro publicado por Editora & Spettacolo (Nápoles).