Esther Belvis escribe en Furtherfield sobre Domini Públic. A parte de vanidad, leer un artículo sobre un espectáculo propio fuera del ámbito de «la crítica» despierta curiosidad. En boca de los demás, los espectáculos siempre parecen más interesantes de lo que uno percibe. En esta ocasión Esther Belvis emula el mecanismo del espectáculo construido a partir de 250 preguntas y añade unas cuantas: …is this piece a transduction of reality? …these practices subvert the traditional working relations? Is participation a necessary tyranny for creators to produce social changes? What are the affects and effects of these practices? In which ways will these practices will contribute to social change? Is participation the key for a major public commitment in matters that affect our daily lives? Espero que los próximos espectáculos respondan de alguna manera a esas preguntas.
La fotografía es una captura del video de Domini Públic en Tokio.